Al nacer, no podemos levantar la cabeza. A los 9-12 meses de edad, podemos equilibrarnos, dar pasos, incluso empezar a caminar solos.
¿Cómo desarrollamos esa rica paleta de movimientos de girar, flexionar, extender y hacer torsiones?
Nunca volveremos a recorrer esos pasos de la misma manera, pero este taller nos da la oportunidad de volver a aprender algunas de las intrincadas diferenciaciones y sutiles distinciones que descubrimos cuando éramos niños. La atención y la conciencia siguen teniendo el mismo poder y como adultos podemos rehabilitar movimientos que se pueden haber perdido y disfrutar de los que ya conocemos de una nueva manera.
Así que ¿esto es sólo para personas con espaldas con problemas?… No, en absoluto. Hay muchas mejoras cotidianas que acompañan a una espalda con buen funcionamiento, desde caminar más fácilmente, ponerse de pie, sentarse en el trabajo, hasta lograr mejores marcas de carrera, mejoras en la forma de tocar un instrumento musical… y la lista continúa.
Esta perspectiva única sobre la evolución es una forma notablemente fructífera de descubrir cómo empleas tu espalda, y dónde puedes mejorar. La espalda de cualquier persona puede funcionar mejor.
Ven y descubre cómo estos movimientos provocarán cambios en tu vida.
Créditos fotográficos
- Foto – © Annie Spratt